viernes, 27 de noviembre de 2009

EL SUFRIMIENTO PRODUCE ALEGRIA

Una mujer tuvo una experiencia, como había perdido un bebé en el parto un año antes, durante el siguiente embarazo le asaltaba un gran temor, ¿daría a luz a un Hijo sano esta vez?, ya en el hospital el médico comprobó el estado del bebé y para su asombro, notó que el ritmo del corazón del bebé bajaba completamente con la contracción. el cordón umbilical estaba siendo comprimido y solo un cesárea de emergencia podría sacar al niño vivo.

Pero había un problema peor: en ese momento no estaba disponible ningún anestesista. el médico habló rápidamente con el marido: "Tienes que confiar en mí. Si no sacamos a este bebé morirá en menos de diez minutos. Tenemos que operarla ahora". Entonces le dijo al incrédulo marido, que se tumbara sobre el pecho de su mujer para sujetarla, de modo que El pudiera cortar ¡sin anestesia!.

Por increíble que pueda parecer en nuestra época, eso es exactamente lo que pasó. Sacaron sano al bebé, y al cabo de unos minutos llego un anestesista que sedó a la mujer. No puedo ni imaginarme lo insoportablemente doloroso que tuvo que ser.

¡Tuvo que ser muy difícil para ellos dar su consentimiento!, pero la madre y el niño sobrevivieron y la pareja cree que tomó la decisión correcta. ¡Qué sacrificio!.



no cuento estos detalles sobre el parto porque quiera infundir miedo o desanimar a la gente a tener hijos, sino para infundir valor en el momento del sufrimiento.

El amor conduce a la vida y la vida lleva al sacrificio, no buscamos el sufrimiento, pero sabemos que merece la pena todo el sufrimiento por la alegría que vamos a recibir, como sucedió con Cristo, que por la alegría que iba a recibir (nuestra salvación) sufrió en la cruz, despreciando la ignominia (cfr.Heb 12, 2). Como me dijo recientemente un amigo: " Si quieres seguir a Jesús, preparate para cargar con la Cruz"

cfr. Kimberly Hahn, El amor que da vida, ediciones rialp, 2006

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